La hija del recordado Adrían Ghío es notera de "Mañanas informales", desde que le mandó un mail a Jorge Guinzburg pidiéndole trabajo.
Al conocer su árbol genealógico, muchos podrán pensar que la puerta hacia los medios le fue abierta de par en par por portación de apellido. Pero Florencia Ghío (hija del actor Adrián Ghío y la actriz Ana Ferrer), se encarga de desmitificar cualquier especulación del estilo: "Soy una laburante total, jamás me presento nombrando a mi padre, se me caería la cara de vergüenza. Lo poco o mucho que consigo lo hago por mí", comenta frontal la nueva notera de Mañanas informales (Canal 13).
Locutora y actriz, Ghío (33) se desempeñaba en pequeñas radios desde hace casi 12 años hasta que un día de agosto sintió la necesidad de sumarle emoción a su vida, tomó coraje y se dignó a escribirle un mail al mismísimo Jorge Guinzburg: "Leí una columna suya en la que figuraba una dirección y básicamente me ofrecí para trabajar en lo que sea dentro de mis dos rubros", explica espontánea, como si su osadía no ameritara sorpresa alguna.
Guinzburg leyó la simpática solicitud un viernes y el lunes siguiente la convocó para una charla. Desde aquel momento la muchacha se encarga de documentar cuanto evento social y cultural transcurra en Buenos Aires. "Guinzburg era un tipo al que siempre admiré. Y yo me tiré a la pileta. Así me gusta manejarme en la vida y se ve que a veces caigo en el momento justo. Cuando me postulé, por ejemplo, el programa estaba a la búsqueda de una cronista", cuenta.
Madre de Malena de dos años y medio, egresada del ISER y actriz desde los 11 años (cuando debutó en un espectáculo llamado Saltimbanqui, en el Alvear) la rubia dividía sus días entre las promociones ("un trabajo que odié") y su carrera de antropología en la UBA, hasta que cambió decididamente su rumbo. "Una vez unos amigos me invitaron a una pequeña radio y me hicieron presentarme. Me dijeron que daba bien al aire, yo me entusiasmé y dejé la antropología. Me di cuenta que en verdad tenía más ganas de ser Indiana Jones que una antropóloga de verdad", admite.
Sin esperanzas de aprobar el estricto ingreso al ISER, la chica lo tomó como una aventura. Y la jugarreta terminó por salirle redonda: una vez completados los estudios, pasó por emisoras como Del Plata, Top 40 , Splendid y Disney hasta aterrizar en Pop, donde cada sábado conduce un programa que, insólitamente, no tiene nombre. "Una de las mejores épocas fue cuando me tocó cubrir como movilera el corralito. Me la pasaba de marcha en marcha, buscando, por ejemplo, arbolitos para entrevistar", cuenta la mujer que siguió desarrollando su vocación actoral.
"El amor por el teatro se despertó primero. Estudié comedia musical con Julio Bocca y teatro con Raúl Serrano. Cuando era chica acompañaba a papá a los ensayos y cuando él hacía temporada eran tres meses de estar junto a mi hermana Carolina en ese ambiente", rememora inevitablemente y se emociona.
En televisión no hizo más que bolos ("yo diría bolitos porque eran ínfimos", advierte), pero nunca se desanimó. Pasó de prestar su cara en publicidades y de enhebrar mínimas frases en PelitoFloricienta, donde interpretó, justamente, a una periodista.
"La primera vez que hice teatro recuerdo que papá estaba haciendo Doña Flor y sus dos maridos y un bailarín que trabajaba con él me hizo ir a un casting. A mi padre le gustaba que incursionara en ese mundo, pero cuando quise largar todo y dedicarme solo a eso me frenó. Siempre me explicó que era un ambiente difícil y que un día podías comer de eso y otro no. Había que estudiar. Le debo la vocación a él y a mi mamá", se sincera.
La vida de Florencia cambió radicalmente al cumplir los 17, época en que su papá sufrió el recordado accidente que terminó con su vida (fue atropellado por un patrullero). "Una cosa así no se supera. Lo aprendés a llevar, pero nunca te quitás eso de encima", se sincera. "A pesar de todo puedo recordarlo con una sonrisa".
Marina Zucchi . Leer mas ..