2 de febrero de 2010

Primer capítulo de "Alguien que me quiera"

Cuando uno se sienta frente a la tele a ver una nueva comedia de Pol-ka, ya sabe lo que le espera: una historia previsible, con un gran despliegue de producción y con los ingredientes necesarios para atrapar al televidente: amor, humor, algo de drama, odio, venganza, etc, etc, etc. Una fórmula ya probada y con pocas sorpresas. Más bien ninguna.
Contrariamente a lo que ocurre con “Valientes” donde la historia gira en torno a los tres protagonistas masculinos, que como actores son muy buenos galanes, en “Alguien que me quiera” el guión se centra fundamentalmente en cuatro personajes interpretados por actores con trayectoria y experiencia en el rubro. Y esto último el espectador lo agradece. Si bien la composición de los personajes es reiterativa, el oficio de los intérpretes hace que este sea un detalle menor.
Rocío (Andrea del Boca) y Rodolfo (Osvaldo Laport) no se conocen. Comienzan el día separados por cientos de kilómetros, pero terminarán juntos encontrándose en el lugar donde vivirán toda su historia de amor: el Mercado Comunitario del Sur. Ella acaba de escaparse de su marido Gastón (Juan Palomino) harta del trato recibido en su matrimonio. Llega a Buenos Aires, para refugiarse y esconderse en la casa de su prima Pina (Julia Calvo) la dueña de la panadería del mercado.
Rodolfo está preso desde hace dos años por un delito que no cometió y que le fuera imputado por Mauro Vega (Nacho Gadano) - hijo del dueño de la mayoría de los locales del mercado. Recibe la sorpresiva noticia de que el juez ha dictado su libertad condicional y, por lo tanto, dejará de inmediato la cárcel. Rodolfo sale con la premisa de volver a empezar de nuevo desde el mismo lugar que lo hiciera su padre: vendiendo café por la calle. Nada puede hacer su cuñado Armando (Miguel Ángel Rodríguez), dueño de la carnicería-verdulería del mercado, para convencerlo de que trabaje junto a él, del mismo modo que lo hace Bianca (Luisana Lopilato), la hija mayor de Rodolfo, quien junto a su hermana Lola (Calú Rivero) viven en la casa de Armando desde que lo metieran preso.
Armando es “el tío solterón” que ha forjado una amistad entrañable con su cuñado. Enamorado de toda la vida de Paloma (Susú Pecoraro), la dueña del almacén del mercado, jamás ha podido confesarle su amor y apenas ha encontrado consuelo escribiéndole cartas amorosas que nunca se anima a entregarle.
Paloma se ha quedado viuda hace dos años. Pero no se rinde: saca fuerzas de cualquier lado para no dejarse vencer por la tristeza. Su hijo Teo (Ludovico Di Santo) esconde su dolor. Paloma transcurre sus días en el mercado, junto a su mejor amiga, Malvina (María Leal), la dueña de la pescadería, una mujer de mucho carácter que ha tenido una vida dura. Abandonada por su pareja al nacer su hija Pepa (Jorgelina Aruzzi) con una deficiencia mental, supo cargar sola con su negocio, sin descuidar su rol de madre.
La sorpresiva libertad de Rodolfo ha provocado una gran conmoción: Katia (Viviana Saccone), la dueña del puesto de delicatessen, está radiante pues siempre ha esperado a Rodolfo: siente que ahora nada podrá separarlos.
La historia la completan Sandro (Alejandro Awada) tímido hermano de Paloma; Chito el asistente de Armando en la carnicería que es mudo y es obvio que tendrá en breve un romance con Pepa.
La ficción tiene algunos lados flacos cuando se detiene, por ejemplo, en las historias de los más jóvenes. Igualmente el primer capítulo fue auspicioso a pesar de que quedan, aún, algunas cosas que mejorar.

Florencia Ghío. [
www.florenciaghio.com.ar]

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