8 de noviembre de 2011

Reestreno de Código de famillia


Una escena de Código de familia.
Ayer por la noche en el Teatro Metropolitan se reestrenó Código de familia una comedia que podríamos encuadrar dentro del  humor negro, escrita por el ex juez Daniel Llermanos y producida por Rosario Lufrano.
Basada en una historia real, de hecho, en experiencias vividas por Daniel Llermanos cuando comenzaba su carrera como abogado en la década del '80. La acción se ubica precisamente en 1982, durante la guerra de las Malvinas y cuenta la historia de un joven abogado (Tomás Fonzi) que decide tomar el caso de un cliente (Carlos Santamaría) que lo único que quiere es recuperar a su mujer (Alejandra Darín), que le ha sido infiel con un comisario (Raúl Rizzo). A partir de allí veremos la amplia red de corrupción que manejaba la justicia de la dictadura y también la impunidad con la actuaban los militares en aquellos nefastos y oscuros años.
La comedia es ágil, sin baches, con una buena cuota de humor negro, entretenida, y con muy buenas actuaciones. Todos y cada uno de los intérpretes se destaca en la composición de su personaje, pero aquí, hago un paréntesis para hablar de dos actuaciones que me sorprendieron gratamente: la primera mención es para el GRAN Gabo Correa, el único actor que encarna varios personajes en Código de familia y que lo hace con un humor, una precisión y un histrionismo inigualables. Excelente actuación de un hombre de extensa trayectoria en el medio. La otra mención es para el protagonista de esta pieza, Tomás Fonzi, que compone al joven abogado de manera impecable. Divertido, con gran cantidad de matices, con momentos de profunda tensión y dramatismo, pero por sobre todas las cosas, con gran credibilidad en la composición de su Dr. Ponciano Funes. Chapeau para él.
En cuanto a la factura técnica de la pieza, es de destacar el trabajo de Eva Halac, la directora del espectáculo, que le da al texto, la agilidad necesaria para que el espectador esté atento y atrapado por la historia hasta el final. Una pequeña crítica constructiva: la música compuesta por el Negro García López, que es realmente buena, no se luce como debería. Se utiliza en general para separar los distintas escenas, pero se usa de forma desprolija, con cortes abruptos, tanto es así, que por momentos resulta hasta molesta. Un párrafo aparte merece el vestuario a cargo de Jorge García que acierta en la elección de la ropa que usa cada uno de los personajes.

Código de familia. Teatro Metropolitan 1.
                             Av. Corrientes 1343.


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